La broma

Obra de Almeida

Estoy mareado. Tengo frío desnudo bajo esta sábana. Estoy solo. No hay nada en este cuarto salvo la cama. Ni ventanas ni nada. Una luz encendida en el techo. Paredes verdosas. Silencio.
He debido dormir mucho, siento como si hubiese estado dentro de un cántaro debajo de la tierra. No recuerdo nada inmediato pero sé quien soy, ya lo creo. No tengo heridas pero mi mareo es un tanto post anestésico. No sé que hago aquí. Alguien vendrá, de momento me quedaré aquí quieto como el musgo: prisa cero, como aconseja el Tarotín. Han abierto una puerta disimulada en la pared que parece acolchada. Entran un hombre corpulento vestido de enfermero y una mujer guapa de mirada inteligente que quiere saber cómo estoy

– ¿Este qué sitio es?

– ¿Cómo se encuentra?

– Tengo frío, estoy mareado… no sé… no recuerdo por qué estoy aquí

– Se lo recordaremos. Esta puerta que abro conduce al cuarto de baño. Dúchese, ahí tiene un chándal, ropa interior y zapatillas. Luego vendremos y podrá comer. Hablaremos entonces.

Se han marchado sin decir nada más. Esto es raro pero tendrá explicación, todo lo tiene, basta empeñarse en que así sea, aunque casi nada explica algo, y ese algo suele no necesitar que lo expliquen. El cuarto de baño es anticuado, de azulejos verdes también reducido a lo esencial; el espejo es metálico. No hay ventanas. Un chándal gris y algo más sobre una banqueta atornillada al suelo. El agua caliente me da la vida, me reactiva.
Me haré esperar; todo esto me divierte, parece un juego. Pero nunca se sabe. Es guapa, sí, habla muy bien pero con un poco de acento de fuera. Parezco uno de esos que juegan al pádel. No soy deportista. Ni murciano. Ni extraterrestre. Ni millonario. Ni hijo de puta. Bueno pero egoistón y me encanta B. B. King. ¿Qué hago aquí hostias? ¿Qué hago aquí? Sangre fría pues…

Mientras me duchaba han dejado un carrito con comida junto a la cama, que me servirá de silla. Pueden estar drogados los alimentos pero yo no sirvo para Gandhi, sería incapaz de mantener una huelga de hambre. Bajo esta especie de vaticano plateado hay unos huevos revueltos riquísimos. Miguel Ángel se inspiró, para construir el vaticano, en la catedral de Santa María de Florencia, y escribió:

Voy a construir
La tua sorella
Piú grande
Ma non piú bella

Eso recuerdo del instituto, nos lo contó el italianizante Don Rogelio. Qué rareza: La mantequilla es Lorenzana, maravillosa antigualla. El café con leche… no me han dado zumo de naranja, ni lo añoro, pero estas galletitas están buenísimas. Esperar y ver. Tangarse. Ni revelarme ni ponerme digno, les seguiré el juego. Voy a tumbarme, estoy a gusto, agustísimo… No tengo frío, ni hambre, ni mareo, deben controlarme desde afuera. Se abre de nuevo la puerta y reaparecen la bella y la bestia.

– ¿A que está mejor?

– Sí, la verdad.

– Querrá saber qué hace aquí pero lo irá descubriendo paulatinamente. Esto es, para usted, una experiencia que puede enriquecerle.

– ¿Me darán dinero? ¿Me pagarán a mí mismo el rescate de este secuestro?

– No sea trágico. Puede pasarlo bien. Lo conocemos. Básicamente mantendrá conversaciones. Nos interesa su mente, sus ideas.

– ¿Seguro que no me han confundido con otro?

– No, usted es Manuel, y dentro de unas horas el profesor Moncada y yo, doctora Rocard le daremos explicaciones y usted a nosotros. Descanse mientras tanto, duerma.

Me han despertado con música, qué detalle. Qué recochineo. Es Amy Winehouse diciendo que no. Y Amy murió. Esto empieza a parecer un cachondeo. Dicen que me conocen y yo estoy enamoradísimo de aquella pobre heroína. Entra la bestia con un compañero más bajito y cejijunto, con cara de guardia civil antiguo. Con un gesto me han hecho que los acompañe por este pasillo que no es de hospital sino una casa elegante, una mansión de antes de la guerra civil española, con cuadros y muebles buenos, y macetas con helechos junto a la cristalera que da a un patio interior. Veamos quién es ese Moncada.

II – Profesor Moncada: Somos un instituto privado y nos interesa, entre otros asuntos, el tema de de dónde vienen las ideas.

– ¿Estoy prisionero?

– Sí… como usted sabe un autor inglés explicó que nada hay tan práctico como las ideas, que la vida de millones de personas puede estar condicionada por el programa económico de un oscuro pensador de otro siglo.
Se lo diré sin rodeos. Hemos leído su escrito titulado 2008, que usted escribió hace 24 años. Le refrescaremos la memoria, léalo en alto doctora Rocard.
2008 ——————————————————————————- A finales de siglo la presión de la vecina revolución islámica obligó al Reino de Marruecos a invadir Ceuta y Melilla. España obtuvo apoyo logístico pero no militar de la OTAN, y durante meses sostuvo una guerra aeronaval con los países del norte de África, y militarizó a la población para destruir a los grupos guerrilleros que lograban infiltrarse.
En África del Sur estalló una carnicería entre negros y blancos. Pakistán y la India entraron en guerra, y en cualquier momento utilizarían la fuerza atómica. Irán envió miles de voluntarios para apoyar la generalizada revuelta antirrusa de las antiguas repúblicas asiáticas de la URSS, y se preparaba la enésima guerra entre árabes y judíos.
Parecía que el mundo se destruiría en poco tiempo, como así fue, pero no del modo esperado: la población de Asia, África, la América Hispana, la antigua URSS y la Oceanía no blanca desapareció por medio de potentísimas bombas que sólo mataban seres humanos, aunque gran parte de la población israelí quedó indemne.
Se dio a conocer el Gobierno Mundial que hoy nos rige, presidido por el Sumo Sacerdote común a cristianos y judíos reconciliados. Disponemos ahora de la auténtica Biblia, que profetizaba lo ocurrido explicado como una repetición de la experiencia de Noé.
En los últimos años la población ha ido mermando por causas naturales; pero iban muriendo personas no adaptadas, las insanas, las conflictivas y taradas.
El antiguo temor a Dios es compartido por todos, el pueblo sigue las sabias directrices de un cuerpo de sacerdotes científicos. Ya no hay rebeldes ni delincuentes. Cada humano ocupa el lugar que le corresponde, establecido por las autoridades a partir del estudio de sus posibilidades genéticas. Reinan la hermandad y la buena voluntad. En siglo y medio se habrá superado el 60% de la contaminación que provocó el enloquecido mundo antiguo, y todos nos sentimos realizados y felices porque cumplimos la función que la Inteligencia Cósmica nos asignó en el Principio de los Tiempos. Las relaciones personales son objetivas, ya no existe la individualidad demoníaca que antes generaba todos los conflictos. La Humanidad es adulta por fin. Lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero, es decir lo Santo, vive en todas las conciencias. El antiguo sentimentalismo, la autocompasión, la falsa piedad, el hacer trampa ante el deber no estorban ya en nuestras vidas. El mundo está ordenado por fin. Los precursores, los equivocados justicieros –por prematuros- sonríen satisfechos en el cielo. Nuestras relaciones con otros planetas habitados son excelentes. La Paz Cósmica reina absoluta, y la Historia, gracias a Dios, ha terminado. ——————————————————————————- – Lo escribí, en efecto, hace años y no para publicarlo.

– Es una estampa sublimada del genocidio masivo que puede llegar a ocurrir. De eso tratará nuestra relación; queremos sus argumentos, tanto a favor como en contra, para proceder a la que usted llama operación Noé.

– Como ejercicio está bien. Para hacerlo no tenían más que invitarme abiertamente.

– Si, quizá, pero preferimos hacerlo de este otro modo, y usted terminará comprendiendo por qué.

III

Estos hijos de puta o están chiflados o son muy peligrosos, o quizá sean personas excelentes con muy nobles fines. En el fondo mi juicio dependerá mucho del confort que me proporcionen y éste, además, de los fármacos que me esten administrando, pues me encuentro en un extraño estado como de beatitud; estoy –por usar la gran fórmula cristiana- como en estado de Gracia. Cuando terminó la bella Rocard (me encantaría reinar en sus elegantes entretelas) de leer mi 2008, se levantaron y la bestia y su adjunto me han conducido aquí otra vez, y volveré a dormir. He pedido a la doctora que me sorprendan con música blusera cuando me ha preguntado por alguna referencia. No estoy cansado pero me apetece dormir, dormir, dormir, dormir.

Esta vez he despertado sin abrir los ojos y disimulando mi vigilia, pero de alguna manera, creo, saben si duermo o no. Saben de mí y esto, en cierto modo, es halagador, el sueño de un paranoico, vamos. De una de esas personas que se autoconsideran tan excepcionales y creen interesar tanto a los demás… que lógicamente tienen que ser espiadas. Pero ya dijo otro inglés que lo peor que le puede pasar a un paranoico es que efectivamente lo persigan. No sé, a verlas venir. Qué guapa es la Rocard y que sexi con esa bata blanca. “Cuidado con los de la bata blanca”, dice también el Tarotín.

IV

Dr. Moncada – Hablemos Manuel. ¿Qué puede comentarnos sobre 2008?

– El dilema de origen es simple: o se considera la vida humana sagrada y a cada individuo dotado de dignidad y derechos inalienables, o puede, en caso contrario, actuarse con “realismo” político, eliminar a quien convenga, efectuar ingeniería social. Dr. Monacada –pero eso se viene haciendo hace siglos.

– Sí, pero centrándonos en Occidente, tenemos a Jesús y el jesusismo (distinto del catolicismo imperial de Pablo de Tarso), que postula la esencial hermandad de los humanos y la supremacía sobre todas las cosas de la bondad.

– ¿La bondad?

– El no permanecer indiferente ante el dolor ajeno

– ¿Solidaridad? ¿Caridad?

– Pero no solo con el propio clan, o tribu, o secta, o nación, o coalición… sino, más allá de esos particularismos, con todos los humanos y hasta con todos los seres vivos diría yo, y con el planeta y el universo.
La bondad es lo propio del ser que ama

– ¿Y negará usted la existencia de la rivalidad, del egoísmo, lo violento de la condición humana?

– No, claro. Pero se puede ser perfeccionista por la vía del mal menor…o seguir las ideas implícitas en mi 2008

– Analicémoslo

– Mire, se trata de algo simple: el crecimiento de la población humana y sus consecuencias pueden hacer evidente, para los poderosos, que haya que proceder a una sangría y diezmar (¡Mucho más que diezmar!) la cantidad de gente. Así de simple. Eso o desaparecer probablemente todos tras llevar una existencia invivible.

V

El patio interior que entreví tras la primera salida de mi celda está flanqueado por altas columnas de mármol tan blanco como imagino los pechos de ¿madame? ¿Mademoiselle Rocard?
La entrada principal está cerrada, pero una puerta lateral conduce a un tapiado jardín encantador, con libélulas y mariposas, dotado con la alberca en que, ahora, estoy haciendo el muerto. Floto. Solo floto. Y no termino de entender para qué me hacen decir tantas obviedades. ¡Hombre! Ahí llegan Moncada y la doctora.

Doctora –reconozca que le tratamos bien. ¿Qué piensa del racismo y la xenofobia?

– No son elegantes y huelen a gente mediocre y atemorizada. Y así es: los pobres, las clases medias bajas son los más reactivos. No quieren convivir con gente más miserable que ellos. Los moralistas que condenan esos sentimientos suelen vivir en barrios residenciales, lejos del ruido, los olores distintos, las costumbres extrañas, las molestias y la violencia, el miedo.

Dr. Moncada -¿No cree en el mestizaje?

– Vamos a dejar claro que yo ni creo ni dejo de creer, sino que intento comprender todas las posturas

– Pero en algo ha de creer

– Si, en las libélulas. Oigan, en Francia, en Suecia, en todas partes quieren defender su cultura y su patrimonio genético. Cualquier grupo humano rechaza a los extraños si estos sobrepasan cierto porcentaje y sobretodo si son pobres. Una cosa es el turismo y otra darle la cuidadanía a, por ejemplo, musulmanes y chinos. Los primeros desprecian el “libertinaje” europeo y, los segundos, se irán quedando poco a poco con todo si se les deja. Los musulmanes confían en la bomba demográfica, tienen tantos hijos que en pocas décadas serán mayoritarios y podrán imponer democráticamente la Sharia.
¿Queremos eso?
Yo no soy chovinista y reaccionario, pero si siguen entrando extranjeros las sociedades europeas se volverán autoritarias y despiadadas, parecerán las libertades,
Dra. Rocard -¿Se le ocurre algún remedio?

– Las personas sanas, equilibradas, orgásmicas, no suelen odiar, no necesitan un plus de autoestima a través del desprecio a los que no son de su tribu. Pero a esas personas cabales es difícil organizarlas y hacerles pilotar una solución racional y moralmente aceptable.

Dra. Rocard -¿Cómo cuál?

– Habría muchas. Acabar con los imperios coloniales que aún perduran ante la hipocresía general. Liberar de la usura al mundo. Sustituir el lavado de cerebro consumista por el otro de matriz jesusista.

Dra. Moncada -¿Lavado de cerebro?

– Yo era fumador y dejé de serlo leyendo un libro que, literalmente, me lavó el cerebro. Mi voluntad es débil, la adicción poderosísima y, sin embargo, me liberé de ese vicio. Cambió mi mentalidad.

Dra. Rocard – últimamente, Manuel, sabemos que venía hablando con sus mejores interlocutores de ese asunto, de la mentalidad.

– La mentalidad es una manera de organizar los datos y los hechos, de valorarlos, interpretarlos y explicarlos. La mentalidad nos posee. Es nuestro filtro personal de las cosas de la vida. Deberíamos ser siempre conscientes de que nuestras ideas y valores no son nuestros, sino que somos nosotros sus prisioneros…

Dr. Moncada -¿Y?

– Mantener una distancia crítica, irónica, respecto a nuestras reacciones espontáneas… Eso nos volvería más liberales, liberales en el sentido cervantino, y curaría de ciertos fanatismos

Dr. Moncada – ¿Aceptaría trabajar para el Departamento de Estado americano?

– No

– ¿Por qué?

– Soy muy indisciplinado. Déjenme con las libelulas

Dra. Rocard –Esta noche tendremos una cena importante, descanse después del baño.

VI

Mi hermana Eva no tiene remedio. Ella ha organizado todo esto. Dice que – yo no lo sabía – como le ha tocado un premiazo de la Lotería Nacional decidió regalarme este psicodrama.
La bellísima francesa (que me ha dado su teléfono) es actriz, y el tal Moncada un médico retirado y filántropo. La casa la han comprado mi hermana y mi cuñado. La Bestia es el casero de la finca y su ayudante el chófer-guardaespaldas de la riquísima Eva.
No se para qué han servido estos días pero me siento mejor y, sobre todo, ha sido divertido, supongo que es un modo entretenido de gastar lo que sobra… Y que a tantos falta…