Pocas veces he visto a la gente tan nerviosa. Caminaban más rápido de lo usual y el agobio miedoso asomaba en sus caras.
Yo vivo bastante al margen de los que me rodean, así que, pensé, a lo mejor había ultras futbolísticos imponiendo su repugnante ley pero no podía ser. Si la gente está así de asustada…. es que ha pasado algo pésimo o, peor aún, está anunciado que pase.
Mis defensas están bajas, el resfriado lleva conmigo un mes, y no sigo la información de actualidad. Vivo ajeno a lo que ocurre, y en el supermercado pregunté:
– ¿En qué país vive? Se están matando las bandas sudamericanas y los grupos de magrebíes. Todo es un ajuste de cuentas ampliado, pero por el camino cometen actos bandálicos, atracan y roban.
No sé cómo, pero me percaté de que me faltaban, o me sobraban, unos 10 años que habían pasado misteriosamente sin que yo me enterase. Empecé a fijarme: las casas estaban blindadas, las calles sucias, algún coche calcinado…
– Eso soñé Dr. Méndez y me temo que puede haber entrado en el futuro.
– Se dan casos de esos bu más a menudo de lo esperable, – dijo el Doctor. – venga mañana a mi casa tenemos que hablar con otras personas a ver qué puede hacerse.
El Doctor vive en un antiguo chalet umbrío rodeado de árboles vetustos. Me abrió un niño que llevaba en brazos a un gato moteado de negro.
Me indicó una puerta cerrada en la que, en ese momento, salió Méndez muy nervioso.
– ¡ Conocemos el futuro y nuestra obligación es impedir que venga y destruya nuestro mundo!
– Es posible lograrlo, -dijo un anciano que se levantó de un butacón.
-Tendrá que viajar en sueños, al futuro, y allí, intervenir. Olvídese de las películas y novelas. Conozco de lo que hablo.
Se oyó como golpeaban la puerta de entrada y sonaba un megáfono, instando a no oponer resistencia.
El pequeño franqueó la entrada a varios policías comandados por una comisaría.
– ¡Vaya! Esperábamos un grupo más nutrido, siéntense, aguarden aquí.
Llegó un tipo con mirada de loco y cara de oriental, de siberiano.
– No pueden intervenir en el futuro para cambiar el DESTINO, qué detestable…pero puede ocurrir algo bastante peor. En nuestro CENTRO tenemos psiconáutas que viajan al futuro, y no queremos interferir, solo información.